La psicología del color es un campo de estudio que está dirigido a analizar el efecto del color en las percepciones de la conducta humana. No se trata sólo de escoger colores que mejor nos combine, debemos considerar qué nos transmite cada uno de ellos. Hoy en día la psicología de color se aplica en publicidad, moda, interiorismo y otros muchos campos relacionados con el arte o el diseño. ¿Eres consciente de que la percepción de determinados colores puede provocar que nos relajemos o nos irritemos?
Ya Aristóteles analizó, entre otros, las propiedades del color, al detallar los colores más básicos y relacionarlos con los cuatro elementos de la naturaleza. Siendo Leonardo da Vinci, más tarde, quién clasificó, en base a los estudios de Aristóteles, los colores básicos el azul, amarillo, verde y rojo.
Pero el precursor de la psicología del color fue el científico Johan Wolfgang Von Goethe de origen alemán quién en su tratado Teoría del Color, hablaba de que el color también depende de la percepción de nuestro cerebro y la vista. De acuerdo con esta teoría, cuando vemos un objeto, lo que percibimos no depende de la materia del objeto en sí, ni de la luz, sino también de la percepción que cada uno de nosotros tenemos de ese objeto.
Hay que recordar, sin embargo, que esta subjetividad se basa en la base física del concepto de color, dependiendo de las frecuencias de onda de la luz al incidir sobre el objeto.
Teniendo en cuenta los aspectos visibles de los colores, además de la psicología del color que hemos comentado, vemos por ejemplo que los colores rojos, amarillos o naranjas, los llamados cálidos, pueden producir un efecto óptico de expansión que hace que nos dé la impresión de que lo que vemos tiene un tamaño mayor del real. Por el contrario, los colores fríos: azules, verdes… hacen que la sensación que percibamos es que el elemento que observamos sea de un tamaño menor.
Debemos entender también, que esa percepción de los colores de la que venimos hablando, puede deberse a tema culturales, tradiciones o creencias. Por ejemplo, mientras que para nosotros el color blanco está asociado a la pureza, la limpieza y la pulcritud, inspirando paz y creatividad, hay países africanos donde este color se relaciona con la muerte.
Si profundizamos más en el color blanco, sabemos que es el más luminoso de los colores. Transmite pureza (novias vestidas de blanco en occidente), calma (las batas de los médicos), paz (bandera o paloma blanca) o creatividad (folio en blanco para comenzar a crear). Pero no todo es bonito en relación con este color, como ya comentamos, hay culturas que lo relacionan con el final de la vida y el blanco en exceso, puede resultar frío.
En cualquier caso, dejando a un lado la psicología del color, la percepción que cada uno tenemos de un color, es muy personal.
El blanco en tu hogar
Como venimos contando, sabemos que el color blanco inspira limpieza y elegancia, y tu hogar no escapa a esa tendencia.
La ropa de cama blanca nos ayuda a vestir nuestro dormitorio de forma neutra lo que nos permite combinar con todos los clores con detalles como mantas decorativas o almohadones y cojines, en colores lisos o en diseños estampados, y nos ayuda a dar calidez a nuestro dormitorio y que no parezca tan frío si lo dejamos todo en blanco.
El blanco hace que nuestras habitaciones parezcan más grandes, no sólo el dormitorio, también se aplica a la cocinas, salones o cuartos de baño. Y no hablamos solo de la ropa de cama, también los manteles, las toallas o incluso las cortinas.